El grupo ecológico Greenpeace ocupó las obras de construcción de la nueva central térmica en este país, que organiza la próxima Cumbre de Cambio Climático de la ONU (COP17), como una forma de denunciar el uso intensivo del carbón en este país, lo que sin dudas es muy contaminante. Esta organización comunicó que seis activistas se encadenaron a 110 metros de altura, en una de las grúas que trabajan en la central térmica de carbón de Kusile.
Estos ecologistas además colgaron pancartas con el lema “Kusile, asesina del clima”, que tienen como objetivo denunciar que “los costes reales de esta central de carbón son demasiado altos para los sudafricanos”. Hasta que no se escuche su mensaje los activistas anunciaron que no abandonaran las instalaciones de esta nueva central de carbón.
Sudáfrica es actualmente el duodécimo país más contaminante del mundo y el carbón es uno de los combustibles fósiles más abundantes y uno de los más baratos, pero esto acarrea muchos problemas, ya que al mismo tiempo es la energía más contaminante por sus altas concentraciones de azufre y de CO2, que es el principal gas causante del efecto invernadero y el calentamiento global en el planeta.
Esta nueva central térmica de Kusile está ubicada en la provincia de Mpumalanga y es una de las dos centrales que planea construir la compañía eléctrica estatal Eskom, las que generarán unos 4.800 megavatios a base de carbón. Sudáfrica es país muy dependiente del carbón y es por ello que los grupos ecologistas como Greenpeace suelen realizar protestas exigiendo el uso de energías más limpias y menos contaminantes.
Via | Acento
Foto | El Comercio