Semenya, de 20 años, firmó este sábado un tiempo de 2 minutos, 4 segundos y 13 centésimas en la distancia de su especialidad, en el marco de una competición organizada en Potchefstroom, ciudad universitaria situada al noroeste del país.
La atleta sudafricana ya ganó tres carreras internacionales desde su regreso a la competición tras haber recibido el visto bueno de la IAAF para volver a las carreras como mujer el pasado verano (boreal).
Justo antes de correr en la final de los 800 metros del Mundial de Berlín de 2009, en la que ganó la sudafricana, se solicitó la intervención de los expertos médicos de la IAAF. Según un informe emitido en julio de 2010, los expertos consideraron que Semenya puede competir como mujer, sin limitación alguna.
Los análisis que se le practicaron ante las denuncias de colegas que dudaban de su condición de mujer, encontraron que Semenya tiene una anomalía cromosómica, no tiene útero ni ovarios pero sí testículos internos.
El caso de la corredora escandalizó en Sudáfrica, y llegó a alcanzar una dimensión política y racial en un país con un contexto muy particular debido a su liberación del apartheid, hace sólo 16 años.