Cuando sólo faltan seis meses para el inicio de la tan esperada Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, el obispo metodista Paul Verryn, que es un polémico y activo pastor de una iglesia que está ubicada en medio del downtown de Johannesburgo, aseguró que las autoridades estarían “limpiando” de pobres las calles de esta ciudad.
El mundial que se disputará a partir del 11 de junio y que tendrá su término el 11 de julio, es el primero que se ha organizado en el continente africano, que es la región más pobre del planeta. Sudáfrica es el país africano que logrado un mayor desarrollo económico y social, con inversiones en los últimos años que han dejado nuevas carreteras, modernos aeropuertos y estadios remodelados.
«La Copa del Mundo tiene el potencial de hacer algo bueno», comentó Verryn. «Tiene el potencial de lograr que esta nación trabaje otra vez junta, de recordarnos que el mejor legado que podemos dar al mundo es el hecho de que los prejuicios no funcionan. Y obviamente tiene un potencial enorme de traer ingresos. Y podría no ser malo para la nación reír, gritar y disfrutar de nueva cuenta».
«Tengo una profunda inquietud sobre el hecho de que existe la determinación entre la policía, en el departamento de desarrollo social, por todas partes, de librarse de esta gente, de forma que presentemos una imagen que sea buena, limpia y fresca», afirmó el religioso. «El 60 por ciento de la población gana menos de 600 rands al mes (unos 90 dólares). En los años 70, 80, la iglesia vino a este país y dijo que el apartheid era un pecado. La distancia entre ricos y pobres en este país necesita ahora el mismo escrutinio».
Además advirtió que, «empiezas a escuchar que el gobierno quiere aprobar regulaciones para las trabajadoras del sexo o que se trafica con niñas a través de la frontera. Y si uno sabe que Sudáfrica tiene el récord de violaciones con una cada 17 segundos, entonces entiendan que esté preocupado con lo que va a pasar con el alma de esta nación». «No verán gente viviendo en la calle, porque las están limpiando. Pero sigue habiendo», añadió el obispo.
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