Los expertos en mineria aseguran que el agua de algunos rios agua contiene minerales radiactivos y ha aniquilado toda vida acuática en un río cercano. Tudor Shaft adoptó su nombre, así como sus problemas, de una mina de oro abandonada. Esa mina representa sólo una fracción de un legado tóxico ignorado por mucho tiempo de la industria más famosa de Sudáfrica.
Los activistas sociales miran ahora hacia la causa ambiental después de que se interesaran primero por el desmantelamiento del apartheid y luego en mejorar el nivel de vida.Todos hablan de las secuelas de la minería en el parlamento así como en artículos periodísticos. Sin embargo, nadie ha asumido la responsabilidad ni el financiamiento de una operación de limpieza que dejaría como secuela una merma de las ganancias.
Las peores secuelas ambientales se sienten en lugares como Tudor Shaft, a 40 kilómetros (25 millas) de la ciudad. En esta localidad, los niños de Patrick Mkoyo corren descalzos y tienen los pies teñidos de rojo debido a la tierra contaminada. Mkoyo asegura que a veces su chicos regresan a casa con sarpullido o dificultades para respirar.
Según Terence McCarthy, profesor de minerales en la Universidad de Witwatersrand, de Johannesburgo, la radiactividad se debe a residuos de uranio en la piedra sacada de las minas y que conforma los tiraderos del lugar. Los residuos de uranio son arrastrados al suelo y a los sistemas fluviales por el agua de las lluvias.
Sudáfrica es el cuarto mayor productor de oro en el mundo después de China, Australia y Estados Unidos. Todas las minas abandonadas en el mundo producen residuos tóxicos que van a dar a la tierra o los ríos, pero el problema representa una amenaza mayor en Sudáfrica, dijo Turton.
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Foto | El-Mexicano