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La falta de lluvias arruinó la temporada de siembra y la cosecha y disminuyó drásticamente los ingresos de las campesinas sudafricanas Mary-Anne Zimri y Katrina Scheepers. La política que prepara el gobierno para paliar las consecuencias del cambio climático no parece contemplarlas. «Nos golpeó por todos lados», señaló Zimri. Ella y Scheepers pertenecen a una cooperativa agrícola de Wuppertal, una pequeña aldea de la provincia de Cabo Occidental.

La cooperativa se especializa en el rooibos, con el que se preparan infusiones, pero también tienen verduras y ganado. «Solemos comenzar a plantar rooibos en julio, pero este año fue muy seco», relató Zimri. Desde hace décadas dependen de las lluvias invernales para irrigar los cultivos. Pero ahora no alcanzan, añadió. La cooperativa no tiene sistema de irrigación. Las agricultoras deben trasladar agua en baldes desde el río que está a varios kilómetros. Pero no alcanza para lograr una buena producción.

Además del rooibos, la falta de lluvias hizo que el alimento de los animales no creciera como se esperaba y las verduras son mucho más pequeñas que el año anterior. «No somos sólo nosotras. La mayoría de los campesinos de la zona perdieron sus cultivos porque está muy seco», apuntó Scheepers. Las inusuales bajas temperaturas invernales hicieron que las heladas quemaran la cosecha de papas. «Nunca había pasado esto. No en los últimos 50 años», añadió.

Zimri y Scheepers participaron en la mesa redonda «Mujeres y adaptación al cambio climático: énfasis en la seguridad alimentaria», organizada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) y la Universidad de Cabo Occidental el 18 de este mes. Allí se informaron sobre estrategias de adaptación al cambio climático y se interiorizaron de la legislación vinculada al fenómeno. «Los temas de cambio climático, pobreza, ambiente y género están inextricablemente vinculados», explicó Louise Naudé, de WWF Sudáfrica.

«El cambio climático afecta especialmente a las mujeres, así como la falta de alimentos y los desastres naturales. Hay que equilibrar las diferencias de género y disminuir la vulnerabilidad de ellas en el sector», explicó. «Necesitamos soluciones centradas en las personas en contextos específicos, que sean participativas y se basen sobre conocimientos locales», remarcó. «Por último, queremos crear circunstancias ambientales controladas por las mujeres para que no estén en situación de dependencia», añadió Lebelo.

Via | IpsNoticias
Foto | Revista-Amauta

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