La caza ilegal de rinocerontes se ha convertido en un problema para las autoridades de Sudáfrica. La caza furtiva y el contrabando de sus cuernos en el mercado negro está poniendo en peligro la conservación de estos animales salvajes. En lo que va de año se han matado ilegalmente 227 ejemplares. Y se estima que a finales de 2010 concluirá con 300 rinocerontes muertos por los furtivos.
Ante esta situación, las autoridades medioambientales sudafricanas han puesto en marcha la Unidad de Intervención contra Delitos de la Vida Salvaje, que si tiene éxito, se convertirá en la estructura permanente para combatir la caza furtiva.
Actualmente existen 26 procesos judiciales relacionados con esta práctica ilegal y, al menos, 80 acusados.
Muchos de ellos, extranjeros procedentes de países asiáticos -China o Vietnam- donde el cuerno de rinoceronte se considera una potente medicina que alcanza precios muy elevados y se usa, entre otros, contra la impotencia masculina.
Además de las leyes de caza, la Fiscalía utiliza otras legislaciones para asegurarse que los furtivos son condenados por sus delitos, como las referentes a evasión de impuestos, corrupción, crimen organizado y utilización ilegal del espacio aéreo.