Decenas de miles de banderas ondearán en Sudáfrica durante el Mundial de fútbol pero la mayoría no habrán sido producidas en el país, sino en Reino Unido y China, con lo que los sudafricanos pierden una oportunidad de negocio que estiman en cientos de miles de dólares. El diario local «The Star» aseguró que los productores sudafricanos de banderas están indignados por la decisión del Comité Organizador del Mundial (LOC) de encargar 10 mil banderas a una compañía inglesa llamada «Icon Display», que tiene una filial en Sudáfrica.
Se trata de banderas de dos metros cuadrados que embellecerán las principales rutas de las nueve ciudades sede del Mundial, como las que van desde los aeropuertos a los estadios de fútbol. El LOC todavía no se ha manifestado acerca de este asunto pero COSATU, la principal unión sindical sudafricana, ya ha mostrado su preocupación por que cualquier producto relacionado con el Mundial se produzca fuera de las fronteras de Sudáfrica, un país con un índice de desempleo que ronda el treinta por ciento y que ve en el campeonato una inmejorable oportunidad de crear empleo y riqueza.
El pasado mes de febrero COSATU denunció que la mascota oficial del Mundial las estuviese produciendo una empresa china que explotaba a sus trabajadores, con la anuencia de la FIFA y gracias a un contrato del que se estaba lucrando un miembro del comité de desarrollo económico del Parlamento. Un mes después, la empresa china «Shanghai Fashion Plastic Products» veía cómo la firma singapurense «Global Brands Group», que a través de una concesión de la FIFA se encarga de la gestión de la mercadotecnia del Mundial, le retiraba el permiso tras comprobar en una auditoria que la factoría empleaba a menores, con jornadas de trece horas y a cambio de sueldos enanos.
«El precio de una bandera procedente de China ni siquiera cubre nuestro coste de fabricación», dijo Michael Goldman, director de la empresa fabricante de banderas «Flag Factory», quien manifestó que los minoristas se aprovechan «con todo su derecho» de esa situación. El problema es que las banderas, o al menos no todas ellas, no son mercadotecnia oficial, por lo que los productores sudafricanos se están enfrentando a una competencia con la que tienen la batalla perdida de antemano, ya que los minoristas prefieren el precio de los proveedores chinos.
«Es frustrante. Es el momento de las banderas pero nosotros no estamos ganando nada», señaló otro productor sudafricano, impotente ante los precios que China está en condiciones de ofrecer. No se trata sólo de una cuestión de banderas; incluso series de productos oficiales de los «Bafana Bafana», a la venta en cualquier tienda del país, con llamativas pegatinas en las que pone «producto oficial», llevan en cualquier esquina su código de barras y el omnipresente «Made in China».
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