Frances Mandla está orgullosa. Junto a su compañera Nouniform Nqevu se para sonriente frente a una hilera de exuberantes espinacas. La cosecha le permite comprar alimentos, ropas y pagar la escuela de sus hijos. Es su boleto para una vida más próspera.
Mandla, de 61 años, y Nqevu, de 63, participan de un proyecto de renovación verde urbana, lanzado en abril en su comunidad Samora Machel, una sección de la localidad de Philippi, a unos 30 kilómetros de Ciudad del Cabo.
El proyecto es administrado por la organización no gubernamental Comunidades Verdes, y promueve la renovación urbana a través de la creación de espacios verdes sostenibles en sectores de bajos recursos.
Aunque probablemente deba pasar un año para que el proyecto alcance su pleno potencial económico, Mandla, abuela con tres niños a su cargo, dijo que ya se benefició de su membresía. «Mi vida es mucho más fácil que antes. Aprendí a trabajar en el jardín y ahora también tengo mi propia huerta detrás de mi casa. Mi familia come más verduras».
Las mujeres, que además de cultivar confeccionan prendas y artesanías y reciclan, aseguran que desde que comenzó el proyecto tienen más dinero en sus bolsillos a fines de cada mes. «Por primera vez, puedo pagar la electricidad», señaló Nqevu.
Bajo el lema «un ambiente saludable, una comunidad saludable», la organización desarrolló iniciativas que entrañan significativos beneficios para el ambiente y para la gente, como mitigación del cambio climático, embellecimiento de áreas públicas, protección de la salud, provisión de alimento y más oportunidades de ingresos para los residentes.
Via | IpsNoticias
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